sábado, julio 30

Braces Snakes & Actors



Cuando era un pre-adolescente por allá en el 1999 tuve mi primera experiencia con un tratamiento dental, de hecho desde mucho antes quizás toda la vida tuve un buen tratamiento dental de rutina financiado por mi mamá (aprovecho de darle las gracias), siempre tuve "frenillos removibles" y uno que otro diente menos para hacer espacio a los que venían. De vuelta a la historia, siempre vi en la tele como maltrataban a los chicos que tenían tratamientos dentales, eso me daba un poco de temor de llegar a llevar unos permanentes, más aun cuando en 1998 llego un compañero que tenía tratamientos y si que lo molestaban. Al siguiente año me tocó a mi, nunca supe que me los iban a poner, y de un día a otro salí de la clínica con fierros, que horror, recuerdo que yo pensaba que el chofer de la micro al momento de pagarle sabía he knew!.

Estúpidamente en la última etapa del tratamiento y ya sin los permanentes (solo debía ocupar unos de noche) boté el tratamiento, adolescente imbécil que cree que todo lo sabe. Grave error. Luego de unos años tenia los peores dientes del mundo, de hecho aunque suene frívolo, me daba vergüenza sonreír.

El año pasado le conté a mi mamá que me gustaría volver a usar frenos, si, un adulto joven de 23 años quería usar frenos. Este año con el esfuerzo de mi mamá otra vez tengo frenos, me gusta usarlos, prefiero sonreír con los frenos que con los dientes chuecos, llevo casi un mes con ellos y el dostor me dijo que debían ser cerca de veinte. Y no me importa usarlo tres años si así fuera, si al final tendré dientes del corte shoro.

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