Me costó mucho esfuerzo y más de un año de malos ratos e incertidumbre. En algún momento pensé que no lo lograría, culpa de mis flojeras y mentiras propias que me daban relajo en momentos de responsabilidad. Hubo momentos que pensaba solo en el peor de los casos y en el futuro totalmente opuesto a lo que siempre soñé, aunque suene maraco, causa de mis 24 años de edad y ver a mis amigos casi titularse, algunos de ellos menores que yo.
Solo me faltan algunos papeles para acreditar mi no muy buena situación financiera y optar a créditos y becas y esas cosas, es lo último, pero puedo decir que ya soy un Sansañoño de la Universidad Técnica Federico Santa María, aquella misma.
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